Para hablar de los efectos del pecado necesitamos tener en cuenta lo que se entiende por pecado. De entrada pecado quiere decir literalmente, no atinarle al blanco, así como el juego de tiro al blanco, pierde el que no le atina. Así también nosotros no le atinamos a la felicidad y perdemos en la vida la alegría y el gozo de plenitud. Es cierto que pecado no se refiere de manera inmediata a algo malo que te pasa, sino a algo en relación a Dios. Resulta que Dios te ama, pero muchas veces no puedes experimentar ese amor o por una idea errónea de Dios, o porque sientes que es como un policía de tránsito que está solo pendiente de que no cometas una infracción, y si lo haces te sanciona o castiga; pero también muchas veces no puedes experimentar el amor de Dios por eso que se llama pecado. El pecado es lo que nos separa de Dios. Retomemos el ejemplo del evangelio del cuarto domingo de cuaresma. Pues así como el hijo de la parábola del evangelio de Lucas 15 decide dejar al Padre porque piensa que va a ser más feliz, cuando pierde los vínculos con las personas que ama, rompe con la familia, y va en busca de una supuesta felicidad termina por sentirse vacío, queda sin nada, no le atinó a la felicidad; allí su pecado. Creo que el pecado del hijo no es que se enojara por lo que sea con el padre, sino que al decirle no, decide alejarse de él, rompe comunicación, dejar de lado su vínculo, vive como si no existiera, cuando en el fondo lo ama y necesita.
Y cuando rompemos vínculos viene la consecuencia, para mí y este artículo, lo que llamaré los efectos del pecado ¿qué efecto se presenta en el hijo menor? que se queda sin nada, se muere de hambre, se siente solo, no tiene amigos, pierde seguridad, se siente culpable; todos son efectos. Yo platicaba con los fieles de mi comunidad que en su papel de papas pensaran: ¿qué les duele más: que su hijo no sea un niño bien portadito con peinado de Benito Juarez o que estuviera enfermo? ¿qué le duele más a un papá que su hijo no sea el médico que tanto deseó o que esté atado a una cama de hospital? ¿qué duele más? yo creo que le duele más a un padre que su hijo sufra, se destruya; yo creo que le duele más a Dios que su hijo adoptivo se destruya, y esos son los efectos del pecado: por eso no es casualidad que exista en la persona diversos malestares, enfermedades, deterioros, en la mente diversos desajustes, en las relaciones humanas a veces relaciones interpersonales inexistentes, falsas, conflictivas, a nivel social corrupción, violencia, injusticia, dominio de poder, en la tierra daños a la naturaleza, destrucción. Parece que la enfermedad de no amor tiene muchos efectos y puede ser que su origen sea el no al amor, el no a Dios, el no a un vínculo con el padre, ni con el hermano, que termina haciendo de la vida un caos.