Historia

Historia y camino pastoral de la Diócesis de Cuatitlán

Taller de formación humana y cristiana: 20 al 24 de febrero 2017

Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe y casa de San Juan Diego

Objetivo e introducción:

En este primer taller de formación humana y cristiana de este año 2017, que lleva por título historia y camino pastoral de la Diócesis de Cuautitlán, como preparación al sínodo diocesano, pretendemos conocer de manera sumaria, el recorrido de lo que han sido estos 38 años de historia diocesana. Historia y camino pastoral, son las dos caras de una misma moneda, dado que nuestra diócesis de Cuautitlán nació, con el único objetivo de llevar la Buena Nueva a todas las gentes que habitaban y que habitan estas tierras bendecidas por Dios.

Para ello queremos recorrer juntos este camino, esbozado en cinco temas o momentos en nuestro taller, y que son a saber: el primer momento (lunes) es la historia general de la diócesis de Cuautitlán, que tiene como objetivo que podamos asomarnos a descubrir las raíces históricas de lo que hoy se llama diócesis de Cuautitlán, para saber de dónde venimos; en un segundo momento, nos adentraremos a estudiar y reflexionar el período que abarcó los primeros 26 años de vida de nuestra diócesis de Cuautitlán, período que correspondió al episcopado de su excelencia Don Manuel Samaniego Barriga (1979-2005), en el cual se pusieron las bases pastorales diocesanas que serán los fundamentos de nuestro actual caminar diocesano.

En un tercer momento, contemplamos el período que va del 2005 a nuestro hoy, y que corresponde por un lado al final de la vida de Don Manuel Samaniego, y la llegada de nuestro segundo obispo diocesano, Don Guillermo Ortiz Mondragón, y que es además el comienzo de una nueva etapa de continuidad y construcción de lo que es nuestro actual momento pastoralmente hablando. En ello dedicaremos en un cuarto momento a estudiar: la estructura pastoral de la diócesis; las instrucciones pastorales que han sido los documentos que inspiran esta estructura diocesana, que junto con las asambleas diocesanas en sus diversos momentos juegan el papel de evaluación y proyección de la vida pastoral de Cuautitlán como iglesia particular.

En un quinto momento, culminamos con la revisión histórica del 2005 a la fecha, en un sentido prospectivo e histórico para descubrir lo que ha sido del 2005 a la fecha y como momento que pretende prepararnos a nuestro sínodo diocesano que es el primer alto después de 38 años de vida diocesana. Este taller, pretende entonces, formar en los asistentes la conciencia eclesial de que somos Iglesia, que caminamos juntos en la misión de anunciar a los hombres de hoy el Evangelio, que es el único capaz de transformar a la persona y llenarla plenamente de sentido existencial.

 

 

 

 

 

 

 

 

  1. Los Orígenes

 

Historia general de la diócesis de Cuautitlán

 

  • Referencias antiguas a Cuautitlán

 

Nuestra diócesis de Cuatitlán, no nace por generación espontánea, tiene una historia que se remonta hasta el siglo XVI. Después de la caída del Imperio Mexica en Agosto de 1521, y a la subsiguiente llegada tanto de españoles como de frailes misioneros franciscanos en 1524 a 1525, se establece el primer centro de misiones evangelizadoras en Tlatelolco, desde el cual se inician los recorridos misioneros en el Valle de México, en sitios como Acolman y Texcoco hacia la parte nororiental del Valle, y hacia Tepotzotlán y Cuautitlán, es decir en la parte noreste del Valle de México. Cuautitlán es referido en una etapa muy temprana a estas misiones, en la primera referencia que se tiene documentada, de fray Toribio de Benavente, habla en esta relación, sobre el método que usaron los primeros frailes franciscanos, para implantar la fe cristiana, método que consistía en destruir las imágenes de los dioses, y por ende de la idolatría de los antiguos mexicanos que éstos desarrollaban en sus templos (teocallis). En esta metodología, nuestro fraile menciona los primeros lugares donde realizaron estas actividades, que debieron ser en un primer momento incomprensible por parte de los indígenas, pues se trataba de quitar un elemento importante de su religiosidad, tal referencia es de 1525, y menciona claramente a Texcoco, Tlaxcala y Cuautitlán como sitios donde los frailes se dedicaron a destruir los dioses de los antiguos pobladores de estas tierras.

Esto es muy verosímil, dado que en Cuautitlán, por la piedra calendárica que nos refiere Riva Palacio en su enciclopedia “México a través de los siglos”, podemos afirmar que existía un centro ceremonial en toda forma, donde se llevaban a cabo antiguos rituales prehispánicos, que realizaban los nativos nahuas y chichimecas. La otra referencia antigua a Cuautitlán, hablando de orígenes eclesiales, es la presentada por fray Gerónimo de Mendieta, que en su obra titulada “Historia eclesiástica indiana” habla directamente de los lugares que fueron beneficiarios de las primeras actividades evangelizadoras por parte de los frailes franciscanos, que salían de Tlatelolco hacia éstos que están referidos, en esta mención aparece Tepotzotlán y Cuautitlán, y en esta referencia es muy importante que los frailes dieron primacía a los niños y jóvenes como sujetos de estas actividades misioneras. Así Cuautitlán por estas dos referencias, despierta un importante interés de parte de la Iglesia venida de España, y que con el tiempo muy pronto se convierte en un centro misionero, como lo testifica la actual cruz atrial que actualmente se ubica en la plaza central del municipio, y que data de Agosto de 1555.

 

  • Etapa en la Arquidiócesis de México (1524-1964)

 

Una vez que se establecen, las primeras rutas misioneras que parten de Tlatelolco hacia los sitios antes mencionados, entre estos Cuautitlán, y teniendo como primera etapa, el hecho de que los frailes van y vienen de México a Cuautitlán y viceversa, e establecen conventos con el tiempo por doquier. Para que las misiones fueran cobrando permanencia y solidez en lo que se refiere a la evangelización, era necesario crear los lugares de residencia para los misioneros, desde los cuales se hace más eficaz la propagación de la doctrina cristiana. Así el convento de Cuautitlán dedicado a San Buenaventura uno de los santos patronos de esta orden, fue en primer lugar solicitado por la reina de España en respuesta a la Real Cédula de Gil Benavides guardián de Cuautitlán, tal petición data del año de 1530, en donde se nota no sólo el interés de la Corona española por su construcción, sino ante todo el bienestar humano y cristiano de los habitantes del lugar. Pero es hasta 1532 cuando se comienza a construir y muy posiblemente hacia 1538 tendría sus primeras estructuras, donde residían los frailes, contando con los inicios de una pequeña capilla, huerta, y un amplio atrio, que seguramente estaba en sus inicios. Tendrá su fisonomía final hasta 1732 como lo señala una inscripción que se ubica en la parte trasera de la actual Catedral.

En tal convento las actividades sacramentales empiezan a ser registradas a partir de 1580 para el libro de matrimonios, y de 1602 en adelante para el libro de bautismos. En estos registros se nota con claridad que los primeros beneficiarios de estas actividades sacramentales son las etnias lugareñas: nahuas, otomíes principalmente. Todos ellos procedentes de los pueblos y barrios que rodean Cuautitlán, en ello se puede notar el radio amplio de atención misionera por parte de los franciscanos, pues recorrían desde Atlamica hasta Tultepec, de Cuautitlán hasta San Sebastián Xhala y Santa Bárbara, llegando hasta el pueblo de Visitación ubicado en el actual municipio de Melchor Ocampo.

En esta etapa podemos afirmar que la incipiente diócesis de Cuautitlán, duró bajo la atención de la entonces diócesis de México y después Arquidiócesis desde su fundación hasta 1964. En lo que se refiere al convento de San Buenaventura, estuvo atendido por el clero religioso franciscano desde 1532 hasta 1756 año en que la orden franciscana lo entrega a la jurisdicción diocesana, a partir de ese año, el convento pasa a ser vicaría foránea de la diócesis de México, y es atendida por el clero secular, hasta convertirse en 1964 parroquia de la diócesis de Tlalnepantla, y entonces terminar su periodo bajo la diócesis de México. Así el convento franciscano es podríamos decir, la primera estructura eclesial como tal, que da origen a nuestra circunscripción, en ella se dan los primeros pasos misioneros ya colocados en el lugar de lo que será parte de nuestra diócesis.

 

  • Etapa en la diócesis de Tlalnepantla

 

A partir de la década de los 60as, México experimenta un crecimiento demográfico acelerado. En esta época en plena etapa conciliar con el Vaticano II, se registran cambios en la percepción de la Iglesia como tal. A partir de estos años la Arquidiócesis de México es dividida en su territorio diocesano, de su circunscripción que abarcaba todo lo que hoy es México DF, y el Estado de México, nacen nuevas diócesis. La más antigua de éstas, es la diócesis de Toluca, y después de ella, nacen dos diócesis que con el tiempo serán el origen de nuestra actual circunscripción eclesial. Así en plena época conciliar, nace Texcoco en 1960, que se situará en la parte noroeste del Estado de México, y Tlalnepantla en 1964 teniendo como primer obispo al insigne fray Felipe de Jesús Cueto González o.f.m. Ambas diócesis serán progenitoras de nuevas diócesis.

Al paso de un poco más de una década nacen Cuautitlán y Netzahualcóyotl ambas en 1979, Cuautitlán de territorios en su mayoría de Tlalnepantla y otras partes de Texcoco; Netzahualcóyotl en su totalidad de Texcoco. Hacia la mitad de la década de los 90as nace Ecatepec (1995) que se desprende de Texcoco y Tlalnepantla, así en este periodo de tiempo, se nota que tanto Texcoco y Tlalnepantla están al origen de estas tres diócesis. Ya en los comienzos del siglo XXI, nace Valle de Chalco (2003), diócesis que se desprende de territorios de Netzahualcóyotl y San Juan Teotihuacán (2008) de Texcoco.

De este modo Cuautitlán, aunque hunde sus orígenes remotos en México, sus orígenes más próximos hay que buscarlos tanto en Tlalnepantla y Texcoco, con el tiempo todas estas circunscripciones forman lo que hoy se denomina la provincia eclesiástica de Tlalnepantla, de la cual nuestra diócesis es parte de ella.

 

  1. Los inicios con Don Manuel Samaniego

 

 

Periodo de Don Manuel Samaniego

 

2.1 Nacimiento de la diócesis de Cuautitlán

 

Don Manuel Samaniego, oriundo de Michoacán, nace el 10 de Octubre de 1930, es consagrado presbítero a la edad de 23 años en Diciembre de 1953, y Obispo de Saltillo contando tan sólo con 39 años de edad, se convierte en obispo de Ciudad Altamirano en 1971, diócesis de Guerrero a la cual estuvo al frente por cerca de 8 años. Es llamado a ser el Obispo fundador de la diócesis de Cuautitlán por su santidad San Juan Pablo II el 05 de febrero de 1979, fecha en la que nace nuestra circunscripción eclesiástica. Para cuando nuestro primer obispo recibe la diócesis cuenta con una extensión de 2145 kilómetros cuadrados, y cerca de 200 sacerdotes como presbiterio, venidos de muchos lugares de la república mexicana. Esta circunscripción tiene como municipios: Coacalco, Cuautitlán, Cuautitlán Izcalli, Huehuetoca, Melchor Ocampo, Nextlalpan, Teoloyucan, Nicolás Romero, Tepotzotlán, Tultepec, Tultitlán que eran de Tlalnepantla; y de la diócesis de Texcoco: Apaxco, Jaltenco, Hueypoxtla, Tequixquiac, Tonanitla y Zumpango. Suman así 18 municipios con grandes necesidades pastorales, pero todos ellos con una riqueza cultural enorme. Todos ellos con orígenes prehispánicos en su mayoría, todos ellos declarados municipios en el siglo XIX, a excepción de Cuautitlán Izcalli que lo es en 1973 y el más reciente Tonanitla en el 2005.

 

2.2 Los primeros pasos de la diócesis de Cuautitlán

 

Después de su fundación, Don Manuel Samaniego, pasa a organizar la diócesis en siete zonas pastorales, con sus organismos propios para una atención más eficaz de la misma. Cada zona pastoral contaría con un sacerdote coordinador en cada zona, y cada zona por sus peculiaridades similares constituyen como lo dice en su directorio de las zonas pastorales, que tienen la finalidad de hacer llegar la Buena Noticia con los recursos de las estructuras diocesanas y los agentes de pastoral. Tal directorio es emanado el 20 de Junio de 1985, a tan solo seis años de la fundación de la diócesis; así la Zona uno la formarían los municipios de Cuautitlán, Tultepec y algunas parroquias de Melchor Ocampo; la zona pastoral dos: Teoloyucan, Tepotzotlán, Coyotepec y Huehuetoca; la zona pastoral tres: Tultitlán hasta los límites con Coacalco; la zona pastoral cuatro: Coacalco y algunas parroquias de Tultitlán; la zona pastoral cinco: Zumpango, Melchor Ocampo, Tequixquiac y Apaxco; la zona pastoral seis: todo el municipio de Nicolás Romero; y finalmente la zona pastoral siete: Cuautitlán Izcalli.

En sus 26 años de gobierno, Don Manuel Samaniego constituyó misiones pastorales, que eran una figura eclesiástica en vías de convertirse en parroquia, dadas las necesidades de la diócesis y la escases de clero, eran una manera provisional de atender a las zonas más numerosas en fieles de la diócesis. Hoy actualmente muchas de ellas han llegado a puerto convirtiéndose en parroquias. Muchas decisiones de nuestro primer obispo sientan las bases de lo que hoy es nuestra diócesis, así por ejemplo al detectar la poca catequesis y la nula preparación en cuanto al sacramento de la confirmación se refiere, Don Manuel Samaniego previene acerca de las disposiciones y preparación que deben tener los que reciben este sacramento, así ya en su instrucción pastoral sobre este sacramento de 1986, habla de la adolescencia como el mejor periodo para recibirlo, intuye la necesidad de que los confirmados se integren a los grupos de etapa juvenil para la continuación de su formación en la fe, y además prevé la catequesis para padres y padrinos que acompañarán al confirmando.

Una de sus intuiciones más significativas, dado que como Obispo, perteneció a la comisión de evangelización y para el apostolado de los laicos durante varios trienios, es la emanación de los estatutos del consejo diocesano de laicos, en donde lo central es descubrir que para nuestro primer Obispo, la participación de los laicos en el ser y quehacer de la diócesis es decisiva, sin ella no se puede hablar de Iglesia local, podríamos atrevernos a decir sin temor a equivocarnos que en ello tenemos los antecedentes de lo que serán los futuros EPAP (equipos parroquiales de animación pastoral) de los cuales hoy goza nuestra diócesis.

Otro renglón en el cual nuestro obispo Don Manuel Samaniego incide es en el cuidado pastoral de su clero, los documentos de los cuales disponemos, hacen ver que su preocupación por estos no es menos importante. Desde procurar un directorio para su vida y ministerio, basado en la realidad de la diócesis, anticipa lo que será la prevención social de los sacerdotes, dado que un alto porcentaje de su presbiterio ronda los 50 años cuando la diócesis se funda, así como también fija los aranceles de los estipendios para la digna manutención de los sacerdotes en las parroquias.

En lo que se refiere al seminario diocesano, en los primeros años, la diócesis de Cuautitlán, manda a sus seminaristas a seminarios de otras diócesis, como la de Tlaxcala o Guadalajara. Cuenta en un principio con el seminario menor que se ubicaba en Progreso Industrial, en el municipio de Nicolás Romero, que integrado a los programas de la Secretaría de Educación Pública, se daba formación no sólo oficial sino cristiana a adolescentes de secundaria y preparatoria. Después se convirtió en seminario menor con preparatoria integrada solamente. En cuanto al seminario mayor, del periodo de 1983 hasta 1997, Cuautitlán formó parte del seminario interdiocesano guadalupano, del cual salieron los primeros sacerdotes que formaron con el tiempo el presbiterio local de nuestra diócesis. A partir de 1997 con la separación de las diócesis de Tlalnepantla, Netzahualcóyotl y Texcoco, nace propiamente hablando el seminario mayor diocesano, que funciona hasta el nacimiento de la nueva diócesis de Izcalli en el 2014.

Al final del episcopado de Don Manuel Samaniego aumenta en población, de dos millones en 1979, hacia el 2005 tiene ya cerca de los cuatro millones, de estos tres millones y medio se profesan católicos, De 70 parroquias, en el 2005 son ya 85 parroquias, y más de 50 sacerdotes diocesanos se habían ordenado en su periodo episcopal. Fallece el 26 de Junio del 2005 dejando una diócesis en pleno crecimiento y evolución.

 

 

 

 

 

 

 

  1. Del 2005 a la fecha

 

A la llegada de Don Guillermo Ortiz Mondragón al momento actual

 

  • Continuidad y cambios en la diócesis de Cuautitlán

 

Muere el Papa San Juan Pablo II en el mes de Abril del 2005, inicia el nuevo pontificado Benedicto XVI, y son los primeros años del nuevo milenio que marca un cambio de época, o más bien se presenta como una época en transición. A la muerte del primer Obispo de nuestra diócesis, es electo para la misma en Octubre del 2005 Don Guillermo Ortiz Mondragón, que después de un cierto tiempo de observación de la realidad diocesana, afirma en su primer decreto sobre la nueva organización de la diócesis, recogiendo lo valioso de la misma, él afirma: fue organizada por el Sr. Obispo Don Manuel Samaniego Barriga en siete zonas pastorales, con un número determinado de parroquias, cuasi parroquias, rectorías y misiones pastorales y coordinadas por un presbítero nombrado por el Obispo como coordinador de zona. Estas últimas eran circunscripciones que, para atender la necesidad de numerosos fieles que llegaban. A lo largo de 27 años el Sr. Obispo Don Manuel Samaniego fue determinando los pasos a dar de la vida diocesana, consignándolos poco a poco en la legislación diocesana, que a mi llegada acogí como fruto de un trabajo intenso y generoso tanto del Obispo como de los sacerdotes, religiosas y religiosos y fieles laicos y pedí que se mantuviera vigente[1].

Así nuestro segundo Obispo de Cuautitlán, Don Guillermo Ortiz Mondragón, se da a la tarea de observar y conocer la diócesis, con el objetivo de evaluar y proyectar una nueva etapa de su caminar pastoral. Esta nueva etapa tiene como telón de fondo un acontecimiento eclesial importante que a nivel de Latinoamérica se verifica, nos referimos a la V Asamblea del CELAM, en Aparecida Brasil, precisamente el diagnóstico, la realidad que interpela a la Iglesia actual, y los movimientos necesarios para estar a la altura de los retos que enfrenta la Iglesia a nivel continental y podríamos decir a nivel mundial aparecen en este documento, donde entre otras cosas se destaca el discipulado y la misión como parte integrante de la vida cristiana, aparece la necesidad de volver a recomenzar todo desde Cristo, y por ende aparece el lenguaje propio de la acción pastoral que va a ser recurrente en el caminar de nuestra diócesis de Cuautitlán.

 

  • Una nueva etapa comienza en Cuautitlán

 

A la llegada de Don Guillermo Ortiz Mondragón en Noviembre del 2005, y tras una larga observación de la Diócesis de Cuautitlán, que va del 2005 al 2007, comienza una nueva etapa en el caminar de nuestra circunscripción eclesiástica. En ese primer momento, y por los documentos que disponemos, podemos afirmar que la toma de decisiones en esta nueva etapa, van en tres direcciones: La necesidad de comenzar y recomenzar desde Cristo una vez más, y esto se refleja en las instrucciones pastorales, que con el tiempo emana nuestro segundo Obispo, a lo largo de los años y que tienen como eje la iniciación y reiniciación cristiana, es decir se nota la urgencia de hacer llegar el Evangelio a todos y por todos; la necesidad de reorganizar la diócesis, y de este modo en primer lugar en el decreto de la nueva organización y estructuración de la diócesis va en dos renglones, las zonas pastorales, pasan a llamarse con el tiempo vicarías episcopales, en estas vicarías episcopales, al interno de cada una de ellas tienen decanatos, y en los decanatos la parroquia es y seguirá siendo la célula motriz de todo el dinamismo pastoral. Las vicarías episcopales tienen en un primer momento la figura del delegado episcopal que con el tiempo serán los vicarios episcopales, que serán quiénes coordinen junto con los decanos el ser y quehacer de cada vicaría episcopal; y en tercer lugar, la necesidad de evaluar este quehacer pastoral a través de lo que el obispo instaura, y nos referimos a las asambleas diocesanas, que son el punto de llegada de asambleas en los diferentes niveles de la diócesis y que tienen como objetivo ir detectando las necesidades, lo que se hace, y lo que tiene que ir cambiando en el caminar pastoral de la Diócesis, para responder a los retos actuales de la sociedad y de la Iglesia.

Así se desata un tiempo de cambios, de transiciones y de adaptaciones que van generando en la Diócesis todo un movimiento pastoral que se centra en lo que se ha llamado la conversión pastoral, por primera vez en nuestra diócesis después de cierto adormecimiento, se vuelve a despertar el frescor con el cual inició.

 

  • El espíritu de esta nueva etapa

 

La primera necesidad de la diócesis es la de iniciar y reiniciar el proceso de evangelización, es decir hacer llegar a Cristo a todos y en todos. Para ello nuestro Obispo Don Guillermo se da a la tarea de “instruir” sobre el qué, el cómo y el porqué de este proceso de iniciación cristiana que debe tocar todos los niveles de vida del cristiano. Así en su primera instrucción pastoral fechada el 02 de febrero del 2006, toca tres temas fundamentales: la iniciación y reiniciación cristiana, donde distingue que la iniciación cristiana es para aquellos que no han recibido el anuncio de Cristo, y por ello hay necesidad de hacerles llegar el Evangelio, es lo que se llama los catecúmenos, este proceso se distingue de la reiniciación cristiana, que va dirigido a los que ya están bautizados, pero que tienen necesidad de que se les vuelva a anunciar, reiniciar entonces significa recomenzar para llevar el proceso de cristianización con mayor profundización; toca además en esta misma tónica el sacramento de la confirmación en donde la novedad consiste en separarlo de la fiesta patronal, para darle su justo lugar, tanto en su catequesis como en su comprensión en la vida cristiana, continúa con la anterior instrucción ya dada por Don Manuel Samaniego en torno a la edad, fijándola en 12 años. En esta misma instrucción Don Guillermo habla de lo que debe despertar el   jubileo de las cuarenta horas de adoración al santísimo, como ocasión de convocatoria para todos los fieles de la parroquia, y comenzar un proceso nuevo de vida cristiana, y lo mismo la fiesta patronal, en donde proyecta que sea una ocasión para convocar, enviar, visitar la parroquia, la fiesta patronal debe ser ocasión de una nueva manera de percibir la Iglesia. En esta primera instrucción pastoral ya incluye el Obispo los temas con sus objetivos y subtemas que deben incluir todo el proceso de iniciación y reiniciación cristiana, se da a entender que estos temas no sólo deben de estudiarlos de manera académica quiénes se inician y reinician en la vida cristiana, sino son momentos de un todo que convierte al iniciado en un discípulo de Cristo y por ende en un misionero capaz de anunciarlo.

Este es el espíritu esencial que desata nuevos dinamismos en la Diócesis, y que tendrán consecuencias positivas en la construcción de la Iglesia local. A la primera instrucción pastoral le subsiguen nuevas instrucciones, que tienen la misma tónica, es decir el proceso de la iniciación cristiana toca la vida completa de la diócesis: Así en la 2ª instrucción pastoral fechada el 09 de Diciembre del 2010, fiesta de San Juan Diego, tiene como espíritu evaluar este primer caminar desde que se comenzó por poner en marcha la iniciación y reiniciación cristiana, simultáneamente en este año y un poco antes, la diócesis por primera vez comienza a tener un plan diocesano de pastoral, que desató todo un conjunto de reuniones, revisiones, poner en claro el hacia donde iba la diócesis, para cuando llega esta instrucción, es presentar ante el presbiterio y todos los agentes de pastoral, que la diócesis tiene una meta clara, que es la de iniciar y reiniciar en el Evangelio a todos, y que todas las estructuras diocesanas serán para que ese proceso lo vivan todos, en esta instrucción se da ya esbozado el camino de este proceso, que el Obispo lo cifra del siguiente modo: toda persona que se inicia en el Evangelio debe vivir estos momentos, fe, conversión y comunión, el primero significa el primer anuncio, el segundo el dejar los ídolos que impiden ser cristiano y el tercero significa el integrarse en la Iglesia de lleno, este proceso pasa por varias etapas, que son: precatecumenado, catecumenado iluminación y misión, y entre ellos, en el paso de uno a otro momento hay escrutinios, que son el momento de evaluación y revisión, para detectar si el iniciado puede continuar la siguiente etapa, el proyecto es que este proceso con sus momentos y sus etapas lo vivamos todos, incluidos los presbíteros.

Es aquí en esta instrucción pastoral que además de poner con claridad el cómo se llevará a cabo los procesos de iniciación y reiniciación cristina que el Obispo da a conocer las estructuras diocesanas dónde se verificará los procesos como tal, es decir las estructuras estarán al servicio de que este proceso se lleve realmente a la realidad. Esta instrucción junto con el plan diocesano marca un momento significativo en la diócesis.

En la 3ª Instrucción Pastoral, no solamente en continuidad con las dos primeras, pone de manifiesto que este proceso de iniciación y reiniciación cristiana, debe hacerse al estilo de Jesús, pues Cristo es el maestro modelo de evangelización, y en función de Cristo es que se deben poner los modelos y métodos de evangelización; es en esta instrucción fechada el 23 de Noviembre del 2011, que revisa la segunda asamblea diocesana y da los pasos de lo que se llamada la sectorización de la parroquia y la formación de las pequeñas comunidades de base en las parroquias, se da cuenta que la Evangelización tiene que ser lo más personalizada posible.  

Así para el 24 de Enero del 2013, en la tercera asamblea pastoral, en su 4ª Instrucción pastoral, tiene como temática central “la fe” cristiana, esta instrucción es como una profundización de lo que significa hoy en la Iglesia tener fe en Cristo, así el espíritu que guía esta instrucción es la cita bíblica de Santiago 2,17, donde la fe sin obras es una fe muerta, y tal fe debe proyectarse en el mundo y transformar la sociedad, de manera analógica la Diócesis de Cuautitlán ha de proyectarse en sus obras como una verdadera entidad eclesial.

 

  • La nueva estructura de la diócesis y su caminar pastoral

 

Así para que todos se inicien y reinicien en el Evangelio, Don Guillermo, constituye para la diócesis desde el 2010, las instancias necesarias, dónde se verificará este proceso, desde las parroquias, enseguida los decanatos, la zona pastoral que con el tiempo se transformarán en vicarías episcopales. En estas estructuras nacerán las comisiones y dimensiones de todo el dinamismo pastoral que tiene como sujeto a la misma persona, pero cada comisión y dimensión de la pastoral se enfocan en un aspecto específico de este caminar pastoral.

Para hacer llegar a todos el Evangelio por todos, la diócesis planea el cómo hacerlo, de allí que en el plan diocesano de pastoral se digan los modos de hacer llegar este Evangelio. Se organiza la acción pastoral, en diversos momentos: El plan diocesano sigue la estructura del documento de Aparecida; así en el primer capítulo que se titula La realidad que nos interpela como discípulos misioneros, hace precisamente la revisión histórica de lo que ha sido el caminar pastoral de la misma desde que se fundó hasta el 2010, es decir 31 años de caminar, aquí se habla de los orígenes de la misma, y la realidad que impera en este momento, ante esta realidad compleja, la diócesis ve la necesidad no sólo de organizar la pastoral, sino el cómo se va a brindar este mensaje de salvación a todos, por ello en este segundo capítulo del plan pastoral se titula La vida de Jesucristo que ilumina a los discípulos y misioneros, tiene como fin primordial hacer ver que la diócesis tiene que recomenzar desde Cristo, aquí se tocan la realidad de todos los sectores de la población de la diócesis que necesitan esta iniciación cristiana; el último capítulo que es la misión y acción de los discípulos al servicio de la diócesis de Cuautitlán, constituye la parte operativa del plan diocesano que permeará a todos los rincones de la Iglesia local.

Así la diócesis en su nuevo caminar pastoral no sólo se organiza estructuralmente (Parroquias, decanatos, vicarías episcopales) sino que además organiza la misión pastoral de su ser y quehacer, se constituyen las dimensiones de esta acción pastoral que en síntesis son: pastoral profética, pastoral litúrgica, pastoral social, vocaciones y ministerios, familia juventud y laicos y comunicaciones, todas ellas convergen en la misma persona, pero todas ellas atienden este proceso de iniciación cristiana desde un ángulo específico de la acción pastoral, y esta acción pastoral es la misión de llevar el Evangelio a todos, diría el Papa Francisco, esta acción pastoral tiene que transformar la diócesis en una diócesis en salida, en misión permanente y en proceso permanente.

 

  • En camino hacia el primer Sínodo

 

Esta nueva estructuración y organización de la diócesis de Cuautitlán, junto con el nuevo espíritu misionero de la iniciación y reiniciación cristiana ha estado acompañada de momentos históricos que la han marcado y son expresiones de esta nueva etapa histórica de la misma. Entre ellos mencionamos el CONIAM (2006) el CONAJUM (2013) las asambleas diocesanas desde 2010 hasta el 2015, así como el nacimiento de la diócesis de Izcalli en el 2014 que nace en sus territorios totalmente de la Diócesis de Cuautitlán, todo este conjunto de eventos nos hace ver que realmente la diócesis está caminando hacia un proceso de maduración pastoral. Hoy es recurrente hablar un lenguaje que nos identifica, lenguaje que expresa los nuevos organismos pastorales que con el tiempo se han venido constituyendo, así se habla de EPAPS, (Equipo de animación pastoral parroquial) mismos que se busca estén en los otros niveles diocesanos, como en el decanato y a nivel de vicaría episcopal; se habla de método prospectivo, que proyecta el ser y quehacer de la pastoral que responde a las preguntas ¿qué?, ¿quiénes?, ¿Cuándo?, ¿dónde?, ¿cómo? Etc. Así del 2005 hasta el 2017, nuestro segundo Obispo, Don Guillermo Ortiz Mondragón, junto con los sacerdotes y fieles, ha metido a la diócesis de Cuautitlán en una nueva proyección, que busca no sólo consolidar su caminar pastoral que es ya significativo, sino que además se hace necesario hacer un alto, para seguir caminando juntos.

El sínodo que se avecina, busca revisar no sólo lo que se ha hecho, que es ya demasiado, sino ahora, evaluar eso que se ha hecho, pero además hacer una autocrítica si lo que se ha hecho ha estado bien hecho, y qué de todo lo que se ha hecho tiene que ser replanteado, perfeccionado, y reorientado, pero además que se está pendiente en la diócesis y se tiene que comenzar a construir. Han suido pues 38 años ya de historia, en donde la diócesis de Cuautitlán que tuvo sus orígenes primigenios en el siglo XVI, ahora es una diócesis en proceso de maduración, aún muy joven, pero ya madre de otra que es lactante. Cuautitlán ha sido una diócesis generosa, rica en sus agentes humanos, amplia en su diversidad cultural, milenaria en sus tradiciones, pero ahora en una situación compleja de urbanización, de crecimiento, pues contamos hoy con dos millones de habitantes, con una extensión de 1119 kilómetros, y 15 municipios que están en permanente crecimiento, el promedio de edad de los presbíteros ronda los 50 años, y la escases de vocaciones nos empujan a seguir promoviendo a más jóvenes que quieran ser los sacerdotes del mañana.

Hoy por hoy la diócesis de Cuautitlán entra con nuevos retos, nuevas preguntas, y nuevas búsquedas para seguir construyendo el Reino de los cielos en este lugar bendecido por Dios.  

 

Anexos

 

Mas como cada uno tenía su cuidado, como dicho es, aunque lo había mandado, estábase la idolatría tan entera como antes, hasta que el primero del año de 1525, que aquel año fue en domingo, en Tetzcoco, adonde había los más y mayores teocallis o templos del demonio, y más llenos de ídolos, y muy servidos de papas o ministros, la dicha noche tres frailes, desde la diez de la noche hasta que amanecía espantaron y ahuyentaron todos los que estaban en las casas y salas de los demonios; y aquel día después de misa se les hizo una plática, encareciendo mucho los homicidios, y mandándoles de parte de Dios y del rey no hiciesen más la tal obra, sino que los castigarían según que Dios, mandaba que los tales fuesen castigados. Esta fue la primera batalla dada al demonio, y luego en México y sus pueblos y derredores, y en Coauthiclan [Cuautitlán]. Y luego casi a la par Tlaxcallan [2].

 

El pueblo a que primero salieron los frailes a enseñar fue a Quautitlan, cuatro leguas de México, y a Tepusticlan [Tepotzotlán] porque como en México había mucho ruido, y entre los hijos de los señores que en la casa de Dios, se enseñaban estaban los señoritos de estos dos pueblos, sobrinos o nietos de Motezuma, y estos eran de los principales que en casa había, por respecto de éstos comenzaron a enseñar allí y a bautizar los niños, y siempre se prosiguió la doctrina, y siempre fueron de los primeros y delanteros en toda buena cristiandad, y lo mismo los pueblos a ellos sujetos[3].

 

Y soy informada que en el pueblo de Cuautitlán, que es cerca de México, que tiene encomendado Alfonso de Ávila, vuestro hermano, y está a vuestro cargo, hay necesidad que se haga un monasterio y que con los indios de dicho pueblo podríades hacer en él una casa en que Dios sería servido y los dichos indios no recibirían mucho trabajo; por ende, yo vos encargo que, pues esto es obra tan pía y del servicio de Nuestro Señor, hagáis con los dichos indios una casa de la dicha orden en el dicho pueblo donde puedan morar algunos religiosos de ella y desde allí prediquen y planten nuestra santa fe católica, que demás de que Dios de ello será servido, yo recibiré de vos mucho placer y servicio. De Madrid a 14 días del mes de enero de 1530 años. Yo la Reina[4].

 

Quautitlan. Cuatro leguas de México, casi derecho al norte, hay otro monasterio de la vocación de San Buenaventura, en el pueblo de Quautitlan, que tendrá cuatro mil tributarios, con trece aldeas subjetas suya, que se visitan del dicho monasterio, en el cual residen tres sacerdotes, los dos dellos confesores y predicadores de los indios. Son menester otros dos[5].

 

Anexo dos

 

Documentos emanados por Don Manuel Samaniego (1979-2005)[6]:  

 

Fecha del documento

Título del documento

20 de Junio de 1984

Instrucciones para el funcionamiento de las Misiones Pastorales en la Diócesis de Cuautitlán.

12 de Septiembre de 1984

Instrucción Pastoral sobre la Mayordomía

20 de Junio de 1985

Directorio de las Zonas Pastorales de la Diócesis de Cuautitlán

1º de Agosto de 1986

Decreto sobre la Asistencia Social al presbiterio de la Diócesis

1º de Noviembre de 1986

Instrucción Pastoral sobre el sacramento de la Confirmación

02 de Enero de 1987

Novísimo decreto sobre aranceles a los sacerdotes de Cuautitlán

25 de Febrero de 1988

Estatutos del Consejo Diocesano de Laicos Diócesis de Cuautitlán

04 de Mayo de 1988

Edicto sobre estipendios

Sin fecha

Directorio para la vida y ministerio de los presbíteros en la diócesis de Cuautitlán

Sin fecha

Manual de procedimientos para la presentación matrimonial

20 de Junio de 1988

Decreto sobre la importancia de la vida diocesana

Sin fecha

Estatutos del consejo presbiteral de la Diócesis de Cuautitlán revisados a la luz del Nuevo Código de Derecho Canónico.

 

Instrucciones pastorales de Don Guillermo Ortiz Mondragón:

 

Número y fecha de la Instrucción Pastoral:

Título y contenidos:

1ª Instrucción pastoral del 02 de Febrero del 2008

Sobre la Iniciación cristiana, la reiniciación cristiana, la fiesta patronal y el jubileo de las cuarenta horas: Cap. I: La iniciación y reiniciación cristiana; Cap. II: El sacramento de la confirmación; Cap. III: El jubileo eucarístico y las cuarenta horas; Cap. IV: La fiesta patronal y una conclusión, contiene además el temario para la iniciación y reiniciación cristiana, así como el sacramento de la confirmación: Tema I: el Kerigma; Tema II: Historia de la salvación; Tema III: Jesucristo; Tema IV: La Iglesia; Tema V: Los sacramentos de la iniciación cristiana; Tema VI: La Eucaristía en la vida del católico; y un anexo para la preparación y celebración litúrgica del sacramento de la confirmación.

2ª Instrucción pastoral del 09 de Diciembre de 2010

Sobre la primera asamblea diocesana de pastoral, en sus contenidos ya no por capítulos, pero si por frases introductorias, esta instrucción amplia la primera: En continuidad con el plan diocesano (1-2); A vino nuevo odres nuevos (3-4); ¿Qué debemos hacer hermanos? (5-6); ¿Cómo recomenzar de Cristo? (7-9); Tenemos una metodología clara (10-17); Las comunidades eclesiales de base (18-19); Familia y juventud (20-24); La religiosidad popular (25-27); La pastoral social (28-32); Un anexo sobre el procesos de la iniciación cristiana (33-44); Un segundo anexo sobre aspectos concretos para algunas instancias: la parroquia (45); el decanato (46); la zona pastoral (47); pastoral vocacional (48-50); el seminario diocesano guadalupano (51-52); la formación permanente de los agentes (53-60).

3ª Instrucción pastoral del 23 de Noviembre de 2011

Sobre la segunda asamblea diocesana de pastoral, contiene: Una introducción (1-10); ¿Cómo actúa Jesús maestro? (11-24); El kerigma (25-31); Agentes de pastoral (32-39); Los jóvenes (40-42); Hacia las comunidades eclesiales de base (43-46); La sectorización (47-48); La formación permanente de los agentes (49-55); los decanos (56-57); la visita pastoral (58-60); Conclusión (61-67). Contiene un anexo sobre Evangelizar educando: El proceso de evangelización como proceso pedagógico (1); El catecumenado (2-5); Los escrutinios (6-8); las etapas (9-12); La catequesis desescolarizada (13-17); Un segundo anexo que se titula “itinerario para el año 2012”.

4ª Instrucción pastoral del 27 de Octubre de 2012

Sobre la tercera asamblea diocesana de pastoral, la fe sin obras está muerta, Aspectos básicos de la fe (1-6); De la fe a la inserción en la Iglesia (7-9); Los elementos que cultivan la fe en la Iglesia (10); De la fe a la vocación en la Iglesia (11); De la fe a la Iglesia comunión y misión (12); Por la fe a la Iglesia en el mundo (13-17); Administración Pastoral en la fe de la Iglesia (18-19); Conclusión (20-24).

 

Bibliografía:

 

DIOCESIS DE CUAUTITLÁN, Legislación Diocesana. Bajo el signo de vida diocesana, Cuautitlán México 1988.

 

  1. CÓRDOBA BARRADAS – A. FRAGOSO CASTAÑARES, Revaloración Arqueológica e Histórica sobre el origen de Juan Diego en Cuautitlán, Ediciones del Santuario Diocesano de Cuautitlán, México 2010.

 

  1. CÓRDOBA BARRADAS – A. FRAGOSO CASTAÑARES, Cuautitlán. Monografía Municipal, AMECROM, México 1999.

 

ARQUIDIÓCESIS DE TLALNEPANTLA, Arquidiócesis de Tlalnepantla. Cincuenta años al servicio del Reino de los Cielos, Ediciones de la Arquidiócesis de Tlalnepantla, México 2015.

 

DIÓCESIS DE CUAUTITLÁN, Plan diocesano de pastoral 2010-2015, Impresos Suárez y asociados México 2012.

 

Horario

 

Actividad y hora 

Lunes

Martes

Miércoles

Jueves

Viernes

7 00 a 7 15 pm

Introducción al tema

Introducción al tema

Introducción al tema

Introducción al tema

Introducción al tema

7 15 a 8 00 pm

Historia general de la diócesis de Cuautitlán

Periodo de Don Manuel Samaniego

De la llegada de Don Guillermo Ortíz Mondragón a la fecha

Estructura pastoral de la diócesis de Cuautitlán

Caminar pastoral de la diócesis del 2005 a la fecha

8 00 a 8 15 pm

Descanso

Descanso

Descanso

Descanso

Descanso

8 15 a 8 45 pm

Trabajos por equipos

Trabajos por equipos

Trabajos por equipos

Trabajos por equipos

Trabajos por equipos

8 45 a 9 00 pm

Conclusiones

Conclusiones

Conclusiones

Conclusiones

Conclusiones

 

 

 

 

 

 

 

 

 

[1] G. ORTIZ MONDRAGÓN, Decreto sobre la organización pastoral. Diócesis de Cuautitlán.

[2] TORIBIO DE BENEVENTE, Historia de los indios de la Nueva España, 1984, 22.

[3] G. MENDIETA, Historia eclesiástica indiana, Libro III, Cap. XXXIII, 259.

[4] Este documento es la Real Cédula a Gil González Benavides, vecino de México, para que en el pueblo de Cuautitlán, que tiene en encomienda su hermano, se funde un convento franciscano. RAMÍREZ MONTES, Ars Novae Hispanae, antología documental del Archivo General de Indias, México UNAM 2005, T I, 259-260.

[5] Códice Franciscano de 1569-1570, publicado por CHAVEZ HAYHOE, 1941, 14-15.

[6] DIÓCESIS DE CUAUTITLÁN, Legislación diocesana. Bajo el signo de “vida diocesana”, Cuautitlán México 1988.

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