IV DOMINGO DE PASCUA « EL SEÑOR ES MI PASTOR, NADA ME FALTA»

EL PAN DE LA PALABRA DE DIOS PARA NUESTRA FAMILIA

Esta iniciativa tiene la intención de acercar más a las familias a los tesoros que abundan en la Palabra de Dios. Pongo en tus manos estos sencillos pasos que, si se llevan a cabo como se aconseja, estoy seguro que ayudarán a papás, hijos, abuelos y a todos los miembros de cada familia a conocer, comprender y poner en práctica lo que Dios una y otra vez nos dice. El Espíritu Santo ilumine a cada familia en esta aventura, y la Virgen María y San José nos muestren a la Palabra hecha carne, a quien ellos mismos contemplaron.

Pbro. Martín González Soria

Catedral de San Buenaventura, Edo. de México.

PASO 1. ORAMOS EN FAMILIA

Estando reunida la familia hacen la siguiente oración:

Papá o mamá: Señor, Padre nuestro, queremos que tú seas el centro de nuestra familia. Te ofrecemos nuestro hogar y nuestro corazón. Especialmente te damos gracias porque nos das la oportunidad de celebrar contigo esta hermosa fiesta de la Resurrección de tu Hijo, que es también nuestra resurrección, con ella él ha vencido nuestro pecado y nuestra muerte y nos has dado nueva vida en el Espíritu Santo. Amén

Todos los demás miembros de la familia: Señor, tu Palabra sea lámpara que ilumine nuestros pensamientos, palabras y acciones, a fin de que transforme y moldee el barro del que estamos hechos y así, cada vez más tomemos la forma que tu quieres, que tú has soñado para esta familia. Virgen María, prepara nuestro corazón para acoger la Palabra como tú la acogiste y te alimentaste de ella. Amén.

PASO 2. ESCUCHAMOS EN FAMILIA LA BUENA NOTICIA

En este ambiente de oración leemos y escuchamos el pasaje bíblico: (un miembro de la familia lee 2 veces el pasaje del evangelio según San Juan Capítulo 10, versículos 11 al 18)

Del Santo Evangelio según San Juan 10, 11-18

El buen pastor da la vida por sus ovejas

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas.

Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.

El Padre me ama porque doy mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita; yo la doy porque quiero. Tengo poder para darla y lo tengo también para volverla a tomar. Éste es el mandato que he recibido de mi Padre».

Palabra del Señor.

PASO 3. ANTES DEL DIÁLOGO EN FAMILIA ES NECESARIO TENER EN CUENTA QUE …

Jesús está hablando a los fariseos. La palabra «fariseo» quiere decir «el que se aparta», «el que vive apartado o se considera separado de los demás». Esta definición ilustra el modo de vida que llevaban los fariseos, haciendo ostentación de ser diferentes a los demás y considerándose mejores a ellos y, por lo tanto, separados de ellos. Jesús, en contraste, se presenta como «el buen pastor», que ejerce su pastoreo no separándose, ni apartándose de los demás sino siendo cercano, «conozco a mis ovejas» e incluso dando la vida por sus ovejas porque las ama, esta es la misión que ha recibido del Padre.

Yo soy el buen pastor. El adjetivo «bueno» ha prevalecido en las distintas traducciones de la Biblia, en realidad el calificativo que acompaña al Pastor, es «bello». Jesús es el «Pastor bello», y es bello porque hace la voluntad del Padre, es bello porque acompaña a sus ovejas y no las abandona nunca, es bello porque da la vida, una vida que se da es la más bella de todas.

Con la revelación del nombre divino «YO SOY», Jesús se presenta como Dios que había anunciado ejercer su pastoreo cuidando de sus ovejas, esto lo vemos anunciado ya desde el Antiguo Testamento. Ante los falsos pastores que sólo se buscan a sí mismos, Dios anuncia: «Porque así dice el Señor Yahvé: Aquí estoy yo; yo mismo cuidaré de mi rebaño y velaré por él. Como un pastor vela por su rebaño cuando se encuentra en medio de sus ovejas dispersas, así velaré yo por mis ovejas. Las recobraré de los lugares donde se habían dispersado… Las sacaré de en medio de los pueblos… Las pastorearé por los montes de Israel… Las apacentaré en buenos pastos». Y termina: «Yo mismo apacentaré mis ovejas y yo las llevaré a reposar» (Ez 34, 11-16)

PASO 4. DIALOGAMOS EN FAMILIA CON LA BUENA NOTICIA

  1. Un miembro de la familia lee en voz alta el salmo 23 «El Señor es mi pastor», y después compartimos las actitudes del buen pastor. ¿Cómo es nuetro buen pastor? ¿A qué nos invita con sus actitudes?
  2. Un miembro de la familia vuelve a leer en voz alta el evangelio y después comparten en familia las actitudes de Jesús, buen pastor ¿Cómo es Jesús? ¿Qué actitudes me invita a poner en práctica en mi vida? El buen pastor da la vida por sus ovejas ¿A qué me invita esta actitud de Jesús en el día a día de mi vida? ¿En nuestra familia se da la vida por los demás?
  3. El buen pastor conoce a sus ovejas, conoce a neustra familia, me conoce a mí, y ellas lo conocen a él, ¿Puedo decir yo lo mismo? ¿De verdad conozco a Jesús? ¿Me he encontrado y me sigo encontrando con él? ¿Qué actitudes de mi vida reflejan que me he encontrado con Jesús y que lo conozco?

PASO 4. ORAMOS Y AGRADECEMOS EN FAMILIA

En torno a una biblia abierta, donde se encuentra el pasaje que acabamos de meditar, y puesta al centro de la familia en una mesita con un cirio encendido, rezamos juntos el salmo 23.

Dios nos ha hablado en su Palabra, ahora ¿qué le respondemos nosotros?, ¿qué nos anima la Palabra decirle a Jesús? A partir de une frase o una actitud de Jesús puedes hacer tu oración. Espontáneamente cada miembro hace oración en voz alta. Finalmente buscamos el canto en google: «El Señor es mi pastor», de la hermana Glenda, y lo escuchamos con atención.

PASO 5. PARA SABER MÁS

Cada año, el domingo IV de pascua, celebramos en comunión con toda la Iglesia la jornada de oración por las vocaciones. Te invito a leer en familia el mensaje que el Papa Francisco ha dedicado para esta ocasión en: Mensaje para la 58 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones 2021,  www.vatican.va 

http://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/vocations/documents/papa-francesco_20210319_58-messaggio-giornata-mondiale-vocazioni.html

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