Homilía del señor Obispo Don Guillermo Ortiz Mondragón

XXII ORDINARIO jueves 6 de septiembre
Misa Votiva de la Sagrada Eucaristía.
1Cor 3, 18-23; Sal 23; Lc 5, 1-11.
‘¡Abran las puertas a Cristo!’ Este grito lo lanza San Juan Pablo II a los jóvenes y en su momento también el Papa Benedicto XVI. Y añaden: ‘Cristo no te quita nada, te da todo’. ¿A qué se referían? Son varios puntos.
Pedro y sus compañeros de trabajo se llenan de asombro y de temor. Jesús no les quita su trabajo, los lleva a realizarlo en una nueva dimensión: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres”.
Me he encontrado con muchachos y muchachas, adolescentes y jóvenes, que tienen la duda de responder en el sacerdocio ministerial o la vida consagrada, porque tienen la inquietud de estudiar y ejercer una carrera.
Yo les respondo ‘¿habrá una carrera, un empleo, que Dios lo rechace? ¿No será que esa carrera te servirá también en el ejercicio de tu ministerio sacerdotal o de tu apostolado como mujer consagrada?
Pedro es un experimentado pescador, sabe a qué hora, dónde y cómo echar las redes para conseguir peces. Sin embargo dice: “confiado en tu palabra echaré las redes”. No sólo adolescentes y jóvenes pueden responderle así al Señor.
Muchos matrimonios han experimentado, después de su encuentro con Cristo, que Él los llama a participar más en la vida de la Iglesia; miedo de dejar hijos, matrimonio, trabajo, que son realmente fundamentales.
Cristo no quita nada, nos invita a reorientar toda nuestra existencia para edificar su Reino. Para que el amor de Dios llegue a más personas. Fácilmente buscamos acomodarnos en la familia, aún en la comunidad eclesial.
Cristo nos invita a ir más allá, se sube con nosotros a la barca para que no nos sometamos a ninguno, sólo a Él. “que nadie se gloríe de pertenecer a ningún hombre, ya que todo les pertenece a ustedes”.
¡Somos de Cristo, y nos envía al mundo!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *