UN MOMENTO DE SILENCIO, POR LOS HERMANOS DIFUNTOS EN LA PANDEMIA

Con la llegada de la pandemia la vivencia de la fe se tuvo que refugiar a puerta cerrada, allí en lo íntimo del hogar de frente al temor a enfermar, el dolor de la muerte de un ser querido, de un hermano, de un amigo sacerdote, de las limitaciones económicas y carencia de oportunidades, del caos en el sistema de salud y otras tantas graves dificultades; fue allí en el silencio del propio dolor donde  muchos cristianos tuvieron que enfrentar la herida incalculable que ha marcado en nuestra historia actual la pandemia del COVID-19.  Hoy al contactarnos con este trágico duelo, en medio de nuestro Congreso Eucarístico Diocesano, conmemoramos la memoria de nuestros hermanos, familiares, padres, hijos, vecinos, sacerdotes, obispos, etc.; con un minuto de oración en silencio, un fuerte aplauso por todos los que se nos han adelantando y elevando nuestra oración como una ofrenda agradable a Dios intercediendo por nuestros hermanos.

Unámonos por las víctimas de esta pandemia pidiendo a Dios, que descansen en paz.

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