Cuautitlán, México; a 14 de septiembre de 2021
«Incluso cuando camino por el valle de la sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu callado me dan seguridad»
( Sal. 23, 4)
Muy queridos, presbíteros, consagrados fieles laicos en esta Diócesis de Cuautitlán.
Muy estimados amigos de buena voluntad.
Con suma tristeza, pero llenos de esperanza en Jesucristo que es nuestra resurrección les comunicamos que el día de hoy ha partido a la casa del Padre nuestro Excelentísimo Señor Obispo y pastor Don Guillermo Ortiz Mondragón. Expresamos nuestras condolencias a sus familiares, amigos y a todos los que somos hijos suyos que caminamos en Cuautitlán.
Su partida, deja en nuestro corazón un profundo dolor, pero al mismo tiempo nuestra memoria vuelve a todos los momentos en los cuales su presencia y su guía paternal marcó nuestras vidas.
Les pedimos a todos que nos mantengamos unidos en oración como Iglesia, la cual, Don Guillermo colocó siempre bajo la intercesión de Santa María de Guadalupe y de san Juan Diego, y los invitamos a meditar la frase que fuera de su episcopado: “Todo lo puedo en aquel que me conforta” Flp 4, 13. Pidamos a Jesucristo, que es Camino, Verdad y Vida que nos conforte en estos momentos, porque sabemos que tiene una morada especial para aquellos que, siendo sus amigos, han cumplido con el mandato de anunciar el Evangelio en todo el mundo.
Ponemos en las manos de Dios a nuestro amado Obispo y pedimos a todos elevar sus oraciones por su eterno descanso.
Pbro. Martin González Soria.
Vicario General
Mis muy apreciados Hnos.
Aprovecho esta presente circunstancia para expresarme cercano a Ustedes. Admiro la fraternidad del clero de esta Diocesis incluída sus consideraciones para el clero vecino. He querido siempre patentizarlo a través de presencia fisica en circunstancias como estas.
Desde este momento y hasta que retomemos nuestra nueva normalidad, con Padres Obispos en la eternidad y en el cielo y Pastores legítimos en nuestras familias diocesanas.
Gracias.
ATTE.
Pedro Rodriguez Ocampo. Ppedro1@yahoo.com
Un dolor muy grande deja en mi corazón. Un hombre de Dios, del cual aprendí mucho. Y que en sus homilías siempre me dejaba grandes enseñanzas. Que Dios lo tenga en su Santa Gloria.
Duele pero por su fe está en la casa de Dios, Señor llamaste a un buen pastor, por favor envía a más como él para que nos sigan guiando por este mundo.